Puertorriqueño establece 3 récord mundiales
Recientemente recibimos la grata noticia de que un puertorriqueño, concretamente cayeyano, llamado Alex Alvarado establecía varios récords mundiales en Freediving; o buceo libre en buen castellano - o como decimos nosotros- a pulmón. La noticia no dejó de sorprendernos, dada la gran dificultad que requiere practicar este deporte, y así mismo no tardó en esparcirse el logro hasta llegar a nuestros monitores. Resulta que el logro, además, llegó por partida triple, pues Alvarado estableció 3 récords mundiales: Freediving Apnea con un tiempo de 5 minutos y 21 segundos, otro récord Bajo 164 pies en inmersión libre sin pesas y el tercero en inmersión libre con peso constante 164 pies con pesas.
La noticia, pone en el punto de enfoque la práctica de este deporte extremo en la isla, así que nos pusimos a investigar un poco más sobre el tema. La apnea o buceo libre (freediving) es un deporte extremo, el cual tiene como base la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren o se desciende largas distancia hasta llegar a grandes profundidades. Esta suspensión voluntaria de la respiración es, asimismo, la base de una actividad milenaria y vigente como la pesca submarina a pulmón, practicada, por ejemplo, por las ama en Japón, por los bajau en Indonesia y Filipinas, y por los wayú en Colombia y Venezuela. Aunque, en un principio, pueda parecer entrenamiento físico, el deporte de la apnea se basa principalmente en la relajación mental del individuo, la buena alimentación e hidratación y el entrenamiento en ambientes de hipoxia y de presiones hidrostáticas altas donde los gases se comprimen dramáticamente y el volumen de los pulmones se ve considerablemente reducido. En un principio la disciplina permitía descender unos pocos metros (30 metros con peso variable en 1949) pero, a medida que se fueron sofisticando las prácticas, alcanzó a sobrepasar el límite de 120 metros con peso variable,1 por lo que se requirió de una cuerda atada a un ancla perfectamente vertical para evitar la desorientación del apneísta. En 1911, se da una de las primeras competencias de buceo libre cuando le ofrecieron a Yorgos Haggi Statti, un pescador griego, una recompensa de algunos dólares para sumergirse más de 60 metros para rescatar el ancla del acorazado italiano Regina Marguerita que se había quedado atascado en el mar Egeo. Cuenta la historia, no documentada, que Statti logró salvar el ancla después de aguantar la respiración por más de siete minutos, convirtiéndose así en el padre del free diving.
Como todo deporte, en especial los extremos, según lo sugiere su nombre, representa una actividad de cuidado. En el caso del freediving, uno de los principales riesgos se presenta durante el ascenso de los practicantes desde profundidades alrededor de los 20 metros o más. El cuerpo humano se adapta para poder hacer el buceo libre, primero disminuye el ritmo cardíaco entre 10% y 25% para ralentizar las funciones corporales y consumir menos oxígeno. Los vasos sanguíneos se contraen para elevar ligeramente los niveles de oxígeno y el bazo libera más glóbulos rojos para que llegue oxígeno a los órganos vitales, sobre todo el cerebro y el corazón (restringiendo el oxígeno en las extremidades). Para ayudar a este proceso se contraen los músculos grandes.
Conocer sobre esta práctica y sus riesgos, ciertamente nos hace agigantar la gran proeza que Alvarado ha logrado, no tan solo a nivel personal y profesional, si no también en la representación digna, con orgullo, que envuelve el ser puertorriqueño. Que esta hazaña no pase desapercibida.